lunes, 29 de julio de 2013

RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA

RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA

...el factor más importante para darle sentido a nuestra existencia humana era establecer una meta: La meta de construir una comunidad libre y feliz que mediante su constante lucha interior se libere de los instintos heredados del antisocialismo y de la destrucción”1 Albert Einstein.


La Universidad Tecnológica Intercontinental, impulsada por la noble misión que emerge de su misma naturaleza, ofrece a la sociedad, especialmente a la población joven de la Nación, programas de estudios que contribuyan a su formación integral y profesional. La tarea educativa no siempre se presenta de una manera laxa o fácil, por el contrario ella es un trabajo delicado, porque la educación parte y culmina en la persona, ésta es origen y meta de toda actividad educativa; en otros términos la persona es el sujeto y objeto de la educación.
Vale mencionar que la tarea educativa no se sujeta solamente a las actividades áulicas, donde interactúan docente y alumno, sino la educación requiere también de acciones concretas en el contexto socio-político, cultural, económico, ambiental. Claro está entonces que la acciones universitarias no se limitan a las aulas; por esta razón hoy día se está hablando con mucho vigor de Responsabilidad Social Universitaria. ¿Desde dónde surge la responsabilidad? ¿Qué es la responsabilidad? ¿Qué tipo de responsabilidad tiene o debe asumir la Universidad?

a) La responsabilidad es ante todo un valor
La palabra valor se entronca con el término griego άξιος (axio) y no significa otra cosa más que algo que sea valioso. Por esta razón la palabra “valor” es un término fundamental dentro de la Economía. El valor es en todo caso sinónimo de bien, pero un bien constituido como útil. Dentro de esta perspectiva Adam Smith define el valor, según De Angelis, como: El “sentido que toman para nosotros los bienes concretos en cuanto tenemos conciencia del papel que representan para la satisfacción de nuestras necesidades”2. Smith considera valor aquel bien concreto que satisfaga las necesidades fundamentales de las personas. Ahora bien ¿Satisfacen los “bienes concretos” todas las necesidades del hombre? Las posibles respuestas a esta cuestión abren otro debate, que aquí en este contexto no nos incumbe. Traemos a colación otra definición de valor, la cual ilustra el sentido mercantil de cualquier bien. Tal bien posee una valía justamente porque le es inherente el valor: “En realidad, según el enfoque que posteriormente se impuso, tal teoría del valor es realmente una teoría del costo de producción y, en definitiva, de la forma en que se distribuye el ingreso entre los diferentes factores de producción”3. El valor se relaciona estrechamente con el “costo de producción”, es decir con el proceso mercantil de los bienes.

La tradición filosófica, desde Sócrates, se ocupó con mucho ahínco de los valores, porque ellos juegan un rol importante en la existencia del hombre. La axiología o teoría de los valores pertenece a la región del saber práctico o saber ético; pues no es posible realizar ningún discurso ético, sin los valores. La ética, por consecuencia, es una disciplina filosófica. Estando así valor desde el punto de vista filosófico es considerado en general, salvo excepciones, como bien, pero ese bien no es precisamente material, sino un bien inmaterial. Esto significa que los valores son inasibles concretamente; ya que son entidades abstractas, que tienen la función de orientar la vida práctica de las personas. Esta afirmación nos obliga deslindar cuestiones de índole ontológica4, puesto que hablamos de realidades concretas e inconcretas. Pues ¿Existen sólo realidades concretas y tangibles, o existen también realidades abstractas e intangibles? La axiología, por lo menos, supone la existencia de esencias abstractas e intangibles y además sostiene que estas esencias influyen en demasía en la vida del hombre.

b) Concepto de responsabilidad
El sentido corriente de responsabilidad viene expresado de este modo: “Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal”5. En esta definición aparecen los términos “Deuda y obligación”. Ambas palabras denotan una fuerza coercitiva, es decir ejercen no sólo sobre la conciencia una intimidación casi obsesiva, sino también una presión incisiva sobre la voluntad de las personas. Estando así pareciera ser que el objeto de la deuda y la obligación es siempre algo material, vale decir algo concreto; sin embargo él transciende lo material y lo concreto para influir también en la esfera inmaterial o espiritual. La responsabilidad conlleva una obligación de índole jurídica, económica, social, política, ética y moral. La obligación recae sobre un sujeto o agente (u organización con personería jurídica), cuyas acciones repercutieron negativamente sobre alguien, sobre un grupo, sobre una comunidad, sobre una nación. ¿De qué es responsable la Universidad? ¿Ante quién debe responder la Universidad? ¿Tiene la Universidad alguna deuda o alguna obligación incumplida ante alguien, ante algunos?

c) Tipos de responsabilidad
¿De qué o sobre qué es responsable la Universidad? Esencialmente la responsabilidad, sobre la cual estamos hablando, es una sola, sin embargo ella se determina sustancialmente en el ámbito académico y en el contexto. Existe un pacto de responsabilidad entre la Universidad y los estudiantes; entre la Universidad y el entorno. En el plano académico la Universidad tiene una responsabilidad respecto a sus impactos educativos. ¿Cómo egresan nuestros estudiantes de la Universidad? ¿Son suficientemente formados para afrontar el mundo laboral, social, político etc? ¿Forma la Universidad integralmente a estudiantes? En el plano contextual o territorial la Universidad posee una responsabilidad en relación a sus impactos ambientales. ¿Cuál es la implicancia de la estructura institución dentro del mundo circundante? ¿Cuál es el grado de responsabilidad que tiene la Universidad ante el planeta, ante el mundo?

La Responsabilidad Superior Universitaria (RSU) es una preocupación emergente en los albores del siglo XXI, o sea en nuestro tiempo. ¿Qué significa RSU? Los adjetivos -social y universitaria- que determinan al sustantivo -Universidad- son nobles y sugerentes, pero, a la vez, llamativas. Esos adjetivos estimulan, por un lado, a acciones palpables y orientan intrínsecamente a la responsabilidad hacia la disminución de los impactos negativos del entorno. Por otro lado, esos adjetivos, manifiestan un cuestionamiento esencial a la Universidad, en otras palabras la Universidad no queda bien parada ante este movimiento de la RSU. Pues ¿No es la Universidad responsable por naturaleza? ¿No es la Universidad una institución afianzadora, estimuladora natural de los valores? ¿Han dejado las universidades de cualquier modo u otro ser responsables? Quizás sí, por eso justamente se les estimula desde fuera a asumir una responsabilidad social. ¿Será que las llamadas crisis de los valores se introdujeron también en el seno de las Universidades hasta el punto que se olvidaron de sus responsabilidades fundamentales? Décadas a tras el apelativo responsabilidad social fue asignado a las empresas y así se comenzó a hablar de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La RSE no presenta ningún conflicto, puesto que se le exige a las empresas a ser responsables de sus impactos: Responsabilidad, por un lado, antes sus empleados, salario justo, calidad de vida, seguridad en el trabajo etc. Responsabilidad, por otro lado, ante los impactos medioambientales: Gases tóxicos, deterioro de suelo, o sea contaminación del aire, agua y tierra. La responsabilidad no le va inherente a las empresas, por eso es necesario y conveniente exigirlas a ser responsables. Con la Universidad no sucede así, porque a ésta la responsabilidad le va intrínsecamente, o sea forma parte de su esencia. La ética le es inherente a la académica, por consiguiente a la Universidad; la ética no le adviene de ningún lado, pues ella la descubre, la sistematiza, la enseña e insta a mantener siempre encendida en todos los ámbitos de la sociedad la llama de los principios éticos y morales; incluso en este sentido podemos afirmar que la Universidad es la fuente y rectora de aquellos principios. Siendo así: ¿Qué pasa con las universidades? He aquí la razón de nuestro cuestionamiento inicial: ¿Quién o qué organización ha tomado la atribución de administrar estos principios? ¿Quién o qué organización está exigiendo a la Universidad a ser responsable?

La Organización Internacional de Normalización (ISO) define la responsabilidad Social como “Responsabilidad de una Organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y en el medio ambiente...”6. Esa definición de la ISO es muy sugerente y auspiciosa para todo tipo de organización, sin embargo para nuestro País es desafiante. ¿Quién o qué organización piensa en los impactos en nuestro País? ¿A quién le interesa? Ahora bien preguntémonos: ¿Qué significa impacto? Impacto tiene relación con efectos, que cualquier acción deja como consecuencia. Estos efectos pueden ser positivos o negativos; el primero ayuda para el progreso; el segundo conlleva acciones que van en detrimento de las personas.

Hans Jonas en 1979 ya describía el impacto con las siguientes expresiones:

“...el hombre es ahora cada vez más el productor de aquello que él ha producido, el hacedor de aquello que él puede hacer y, sobre todo, el preparador de aquello que en breve él será capaz de hacer. Pero ¿quién es ese «él»? No vosotros o yo. Son el actor colectivo y el acto colectivo, no el actor individual y el acto individual, los que aquí representan un papel; y es el futuro indeterminado más que el espacio contemporáneo de la acción el que nos proporciona el horizonte significativo de la responsabilidad7.

Este «él» no tiene rostro y, en cuanto no posee un rostro concreto, cae dentro de la esfera de lo impersonal. Lo impersonal se traduce con corriente expresión «se dice, se hace» o con lo «uno», porque nadie en particular, esto es en cuanto individuo, es responsable de los impactos, pero, a la vez, contribuye como agente colectivo con ellos. Por eso François Vallaeys distingue entre actos e impactos. Los actos son conscientes, visibles y están relacionados a personas concretas; mientras que los impactos “no tienen autor, son productos sociales, son productos sistémicos”8. La responsabilidad social, siguiendo a Vallaeys, se refiere predominantemente a los impactos de funcionamiento organizacional, educativos, cognitivos y epistemológicos, y sociales9, los cuales responden a las cuatro dimensiones sustantivas de la Universidad, o sea a la gestión, docencia, investigación y extensión.

a) Impactos de la gestión
Éstos se manifiestan en el trato y en la política administrativa de la Institución respecto a los personales (funcionarios, docentes y estudiantes) y, a la vez, se muestran inmediatamente en la actitud ante el medio ambiente. Los impactos negativos se podrían medir en las consecuencias de las malas condiciones de trabajos, en la inadecuada respuesta a las necesidades de los estudiantes, en las indiferencias ante el mundo circundante.

b) Impactos de docencia
Éstos se patentizan directamente en la calidad educativa. Las universidades llevan en su propia naturaleza la obligación de formar integralmente a los estudiantes y, a la vez, velar por una solidad formación profesional. ¿Cuáles son los impactos de las universidades paraguayas respecto a la formación integral y profesional de los estudiantes? ¿Qué responsabilidad tiene ante la sociedad aquellas universidades denominadas “de garaje”? ¿Cómo influye en la sociedad egresados mal formados o mediocres, que promocionan estas “universidades de garaje”10? ¿Somos conscientes de la gravedad de esta situación? He aquí un dilema! Esa Universidad que debe velar por la ética e estimular las buenas costumbres, o sea la moral de la sociedad, pues adquiere el apelativo de irresponsable e incluso antisocial. ¿Qué triste?!

c) Impactos cognitivos y epistemológicos
Éstos están relacionados directamente con los anteriores. La Universidad, que apuesta por la investigación, apunta continuamente hacia progreso social y propicia mejores condiciones de vida en su entorno. Busca la sostenibilidad y sustentabilidad de cada emprendimiento. La investigación dinamiza a la Universidad y, a través de ella, la Universidad manifiesta su potencialidad de mejora social. ¿Cuál es la potencialidad investigativa de nuestras universidades? ¿Realizan nuestras universidades investigaciones relevantes, éstas son significativas para cooperar con el progreso sustentable de nuestra Nación?

d) Impactos sociales
Los impactos sociales guardan relación con la extensión universitaria. Las universidades están obligadas por su misma esencia preservar la casa (οἶκος). Nuestro contexto o nuestro territorio es nuestra casa. ¿Cómo está nuestro hogar?¿No está nuestra casa sucia, descuidada, desprotegida e incluso con pronunciado resquebrajamiento? ¿Nos sentimos seguros y contentos en este ambiente contaminado? Las universidades deben investigar sus impactos medioambientales: basuras, reciclaje de residuos, reforestación, contaminación de aire, agua y suelo. Si no limpiamos y si no hacemos un mantenimiento a nuestra casa, pues se deteriorará en demasía y es muy probable que en el momento que queramos hacer algo por ella, ya no lo podremos, porque será tarde; es posible que ya se nos caiga. Ahora es el momento de iniciar a fijar nuestra atención en nuestra circunferencia, o sea en nuestro mundo circundante. Nosotros podemos comenzar a recomponer nuestro hogar. Con esta consigna concluimos esta breve reflexión con estas ideas de Hans Jonas:

En otros tiempos podía decirse fiat iustitia, pereat mundus, «hágase la justicia y perezca el mundo», donde «mundo» significaba, naturalmente, el enclave renovable situado en un Todo que nunca sucumbiría. Habiéndose convertido ahora en una posibilidad real la destrucción del todo por actos del hombre -sean esos actos justos o injustos-, tales palabras no pueden ya ser pronunciadas ni siquiera en sentido retórico. Cuestiones que nunca antes fueron materia de legislación penetran en el campo de las leyes de que ha de dotarse la «ciudad» a fin de que haya un mundo para las generaciones humanas venideras11.

Quizás el mundo, apreciado lector, no está bajo tú responsabilidad, sin embargo tú entorno, tú mundo circundante requiere de tus actos concretos, requiere de tus acciones concretas para evitar el deterioro y peligroso resquebrajamiento de nuestra casa. Ayuda a mejorar tu entorno para dejar a tus hijos o nietos un mundo aún bien habitable. La meta o el sentido de vida es una comunidad libre y feliz, y no el caos y la destrucción como se lee en el epígrafe de esta meditación.

Prof. Abelardo Montiel

Notas

1Einstein, A. Sobre el humanismo. P. 141.
2De Angelis, J. J. Filosofía de los valores. P. 599.
3 Sabino, C. Valor.
4La ontología (Ontologia) es una rama de la filosofía, cuyo objeto de estudio es ens in quantum ens, es decir el ente en cuanto ente, el existente en cuanto existente.
5 Cfr. Diccionario de la Real Academia Española.
6Cfr. ISO 26000 de Responsabilidad Social. ISO es la sigla inglesa “International Organization for Standardization” o Organización Internacional de Normalizacion. El montaje y el proceso de elaboración del ISO 26000 duró 6 años de intenso trabajo; pues inició en el 2004 y culminó en noviembre del 2010. Esto significa que es un documento sumamente rico en contenido y amerita su estudio para aplicar los valores contenidos en ella. La definición de Responsabilidad Social de esta ISO viene asumida por los escritos de Vallaeys. Cfr. también Vallaeys, F. Responsabilidad Social. P. 56.
7Jonas, H. El principio de la responsabilidad. P 37. Jonas es un filosofo judío alemán, discípulo del gran filosofo Martín Heidegger, amigo y compañero de reflexión de Hannah Arend, reconocida politóloga. Jonas publicó en el año 1979 la citada obra con el siguiente título: Das Prinzip Verantwortung - Versuch einer Ethik für die technologische Zivilisation. Este ensayo podría con mucho derecho considerase clásico por su relevancia y pertinencia en el ámbito de la Responsabilidad Social, y quizá, decimos quizá porque debe ser comprobado, inspiró mucho al ISO 26000.
8Vallaeys, F. Responsabilidad Social. P. 56. Estos conceptos son familiares al cuerpo directivo de la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC), porque recientemente ese cuerpo directivo culminó un curso impartido por la UNESCO, IESALC y la ORSALC sobre la RSU. La intención y la voluntad del Magnífico Rector de la UTIC con la calidad educativa, y con el medio ambiente quedaron manifiestas en ese curso.
9Vallaeys, F; De la Cruz Cristina et altri. Responsabilidad Social Universitaria. Manual de Primeros Pasos. P. 8.
10En este sentido quisiera recordar la brillante exposición del Dr. Victoriano Pavón, ex-decano de Derecho de la Universidad Tecnológica Intercontinental, y actual Decano de Curriculum de la Universidad del Norte, en el 3º Foro de Universidades. El título de su exposición fue “Propuesta de calidad institucional, terminemos con las universidades de garaje”. En aquella oportunidad el Dr. Pavón advirtió sobre el peligro real que constituye estas universidades de garaje para la sociedad.

11Jonas, H. El principio de la responsabilidad. P 38.

Referencia Bibliográfica

-Einstein, A. Sobre el humanismo. Ediciones Paidos Ibérica. 1995.
-De Angelis, J. J. Filosofía de los valores. En Diccionario de Filosofía. Espasa-Calpe,
S.A. 1952.
-Jonas, H. El principio de la responsabilidadEnsayo de una ética para la civilización tecnológica. Editorial Herder. 1995.
-Sabino, C. Valor. En Diccionario de Economía y Finanzas. Ediciones Panapo.
Cáracas. 1999.
-Vallaeys, F. Responsabilidad Social. En Memorias del I y II Foro de Universidades del Paraguay. Consultoría Gráfica y Editorial. 2013.
-Vallaeys, F; De la Cruz Cristina et altri. Responsabilidad Social Universitaria. Manual de Primeros Pasos. MacGraw Hill. 2009.





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