RESPONSABILIDAD
SOCIAL UNIVERSITARIA
“...el factor más importante para darle sentido a nuestra existencia humana era establecer una meta: La meta de construir una comunidad libre y feliz que mediante su constante lucha interior se libere de los instintos heredados del antisocialismo y de la destrucción”1 Albert Einstein.
La
Universidad Tecnológica Intercontinental, impulsada por la noble
misión que emerge de su misma naturaleza, ofrece a la sociedad,
especialmente a la población joven de la Nación, programas de
estudios que contribuyan a su formación integral y profesional. La
tarea educativa no siempre se presenta de una manera laxa o fácil,
por el contrario ella es un trabajo delicado, porque la educación
parte y culmina en la persona, ésta es origen y meta de toda
actividad educativa; en otros términos la persona es el sujeto y
objeto de la educación.
Vale
mencionar que la tarea educativa no se sujeta solamente a las
actividades áulicas, donde interactúan docente y alumno, sino la
educación requiere también de acciones concretas en el contexto
socio-político, cultural, económico, ambiental. Claro está
entonces que la acciones universitarias no se limitan a las aulas;
por esta razón hoy día se está hablando con mucho vigor de
Responsabilidad Social Universitaria. ¿Desde dónde surge la
responsabilidad? ¿Qué es la responsabilidad? ¿Qué tipo de
responsabilidad tiene o debe asumir la Universidad?
a)
La responsabilidad es ante todo un valor
La
palabra valor se entronca con el término griego άξιος (axio) y
no significa otra cosa más que algo que sea valioso. Por esta razón
la palabra “valor” es un término fundamental dentro de la
Economía. El valor es en todo caso sinónimo de bien, pero un bien
constituido como útil. Dentro de esta perspectiva Adam Smith define
el valor, según De Angelis, como: El “sentido que toman para
nosotros los bienes concretos en cuanto tenemos conciencia del papel
que representan para la satisfacción de nuestras necesidades”2.
Smith considera valor aquel bien concreto que satisfaga las
necesidades fundamentales de las personas. Ahora bien ¿Satisfacen
los “bienes concretos” todas las necesidades del hombre? Las
posibles respuestas a esta cuestión abren otro debate, que aquí en
este contexto no nos incumbe. Traemos a colación otra definición de
valor, la cual ilustra el sentido mercantil de cualquier bien. Tal
bien posee una valía justamente porque le es inherente el valor: “En
realidad, según el enfoque que posteriormente se impuso, tal teoría
del valor es realmente una teoría del costo de producción y, en
definitiva, de la forma en que se distribuye el ingreso entre los
diferentes factores de producción”3.
El valor se relaciona estrechamente con el “costo de producción”,
es decir con el proceso mercantil de los bienes.
La
tradición filosófica, desde Sócrates, se ocupó con mucho ahínco
de los valores, porque ellos juegan un rol importante en la
existencia del hombre. La axiología o teoría de los valores
pertenece a la región del saber práctico o saber ético; pues no es
posible realizar ningún discurso ético, sin los valores. La ética,
por consecuencia, es una disciplina filosófica. Estando así valor
desde el punto de vista filosófico es considerado en general, salvo
excepciones, como bien, pero ese bien no es precisamente material,
sino un bien inmaterial. Esto significa que los valores son inasibles
concretamente; ya que son entidades abstractas, que tienen la función
de orientar la vida práctica de las personas. Esta afirmación nos
obliga deslindar cuestiones de índole ontológica4,
puesto que hablamos de realidades concretas e inconcretas. Pues
¿Existen sólo realidades concretas y tangibles, o existen también
realidades abstractas e intangibles? La axiología, por lo menos,
supone la existencia de esencias abstractas e intangibles y además
sostiene que estas esencias influyen en demasía en la vida del
hombre.
b)
Concepto de responsabilidad
El
sentido corriente de responsabilidad viene expresado de este modo:
“Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra
persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa
legal”5.
En esta definición aparecen los términos “Deuda y obligación”.
Ambas palabras denotan una fuerza coercitiva, es decir ejercen no
sólo sobre la conciencia una intimidación casi obsesiva, sino
también una presión incisiva sobre la voluntad de las personas.
Estando así pareciera ser que el objeto de la deuda y la obligación
es siempre algo material, vale decir algo concreto; sin embargo él
transciende lo material y lo concreto para influir también en la
esfera inmaterial o espiritual. La responsabilidad conlleva una
obligación de índole jurídica, económica, social, política,
ética y moral. La obligación recae sobre un sujeto o agente (u
organización con personería jurídica), cuyas acciones
repercutieron negativamente sobre alguien, sobre un grupo, sobre una
comunidad, sobre una nación. ¿De qué es responsable la
Universidad? ¿Ante quién debe responder la Universidad? ¿Tiene la
Universidad alguna deuda o alguna obligación incumplida ante
alguien, ante algunos?
c)
Tipos de responsabilidad
¿De
qué o sobre qué es responsable la Universidad? Esencialmente la
responsabilidad, sobre la cual estamos hablando, es una sola, sin
embargo ella se determina sustancialmente en el ámbito académico y
en el contexto. Existe un pacto de responsabilidad entre la
Universidad y los estudiantes; entre la Universidad y el entorno. En
el plano académico la Universidad tiene una responsabilidad respecto
a sus impactos educativos. ¿Cómo egresan nuestros estudiantes de la
Universidad? ¿Son suficientemente formados para afrontar el mundo
laboral, social, político etc? ¿Forma la Universidad integralmente
a estudiantes? En el plano contextual o territorial la Universidad
posee una responsabilidad en relación a sus impactos ambientales.
¿Cuál es la implicancia de la estructura institución dentro del
mundo circundante? ¿Cuál es el grado de responsabilidad que tiene
la Universidad ante el planeta, ante el mundo?
La
Responsabilidad Superior Universitaria (RSU) es una preocupación
emergente en los albores del siglo XXI, o sea en nuestro tiempo. ¿Qué
significa RSU? Los adjetivos -social y universitaria- que determinan
al sustantivo -Universidad- son nobles y sugerentes, pero, a la vez,
llamativas. Esos adjetivos estimulan, por un lado, a acciones
palpables y orientan intrínsecamente a la responsabilidad hacia la
disminución de los impactos negativos del entorno. Por otro lado,
esos adjetivos, manifiestan un cuestionamiento esencial a la
Universidad, en otras palabras la Universidad no queda bien parada
ante este movimiento de la RSU. Pues ¿No es la Universidad
responsable por naturaleza? ¿No es la Universidad una institución
afianzadora, estimuladora natural de los valores? ¿Han dejado las
universidades de cualquier modo u otro ser responsables? Quizás sí,
por eso justamente se les estimula desde fuera a asumir una
responsabilidad social. ¿Será que las llamadas crisis
de los valores se
introdujeron
también
en el seno de las Universidades hasta el punto que se olvidaron de
sus responsabilidades fundamentales? Décadas a tras el apelativo
responsabilidad social fue asignado a las empresas y así se comenzó
a hablar de la Responsabilidad
Social Empresarial
(RSE). La RSE no presenta ningún conflicto, puesto que se le exige a
las empresas a ser responsables de sus impactos: Responsabilidad, por
un lado, antes sus empleados, salario justo, calidad de vida,
seguridad en el trabajo etc. Responsabilidad, por otro lado, ante los
impactos medioambientales: Gases tóxicos, deterioro de suelo, o sea
contaminación del aire, agua y tierra. La responsabilidad no le va
inherente a las empresas, por eso es necesario y conveniente
exigirlas a ser responsables. Con la Universidad no sucede así,
porque a ésta la responsabilidad le va intrínsecamente, o sea forma
parte de su esencia. La ética le es inherente a la académica, por
consiguiente a la Universidad; la ética no le adviene de ningún
lado, pues ella la descubre, la sistematiza, la enseña e insta a
mantener siempre encendida en todos los ámbitos de la sociedad la
llama de los principios éticos y morales; incluso en este sentido
podemos afirmar que la Universidad es la fuente y rectora de aquellos
principios. Siendo así: ¿Qué pasa con las universidades? He aquí
la razón de nuestro cuestionamiento inicial: ¿Quién o qué
organización ha tomado la atribución de administrar estos
principios? ¿Quién o qué organización está exigiendo a la
Universidad a ser responsable?
La
Organización Internacional de Normalización (ISO) define la
responsabilidad Social como “Responsabilidad de una Organización
ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la
sociedad y en el medio ambiente...”6.
Esa definición de la ISO es muy sugerente y auspiciosa para todo
tipo de organización, sin embargo para nuestro País es
desafiante. ¿Quién o qué organización piensa en los impactos
en nuestro País? ¿A quién le interesa? Ahora bien preguntémonos:
¿Qué significa impacto? Impacto tiene relación con efectos, que
cualquier acción deja como consecuencia. Estos efectos pueden ser
positivos o negativos; el primero ayuda para el progreso; el segundo
conlleva acciones que van en detrimento de las personas.
Hans
Jonas en 1979 ya describía el impacto con las siguientes
expresiones:
“...el
hombre es ahora cada vez más el productor de aquello que él ha
producido, el hacedor de aquello que él puede hacer y, sobre todo,
el preparador de aquello que en breve él será capaz de hacer. Pero
¿quién es ese «él»? No vosotros o yo. Son el actor colectivo y
el acto colectivo, no el actor individual y el acto individual, los
que aquí representan un papel; y es el futuro indeterminado más que
el espacio contemporáneo de la acción el que nos proporciona el
horizonte significativo de la responsabilidad”7.
Este
«él» no tiene rostro y, en cuanto no posee un rostro concreto, cae
dentro de la esfera de lo impersonal. Lo impersonal se traduce con
corriente expresión «se dice, se hace» o con lo «uno», porque
nadie en particular, esto es en cuanto individuo, es responsable de
los impactos, pero, a la vez, contribuye como agente colectivo con
ellos. Por eso François
Vallaeys
distingue entre actos
e impactos. Los actos son conscientes, visibles y están relacionados
a personas concretas; mientras que los impactos “no tienen autor,
son productos sociales, son productos sistémicos”8.
La responsabilidad social, siguiendo a Vallaeys, se refiere
predominantemente a los impactos de funcionamiento organizacional,
educativos, cognitivos y epistemológicos, y sociales9,
los cuales responden a las cuatro dimensiones sustantivas de la
Universidad, o sea a la gestión, docencia, investigación y
extensión.
a)
Impactos de la gestión
Éstos
se manifiestan en el trato y en la política administrativa de la
Institución respecto a los personales (funcionarios, docentes y
estudiantes) y, a la vez, se muestran inmediatamente en la actitud
ante el medio ambiente. Los impactos negativos se podrían medir en
las consecuencias de las malas condiciones de trabajos, en la
inadecuada respuesta a las necesidades de los estudiantes, en las
indiferencias ante el mundo circundante.
b)
Impactos de docencia
Éstos
se patentizan directamente en la calidad educativa. Las universidades
llevan en su propia naturaleza la obligación de formar integralmente
a los estudiantes y, a la vez, velar por una solidad formación
profesional. ¿Cuáles son los impactos de las universidades
paraguayas respecto a la formación integral y profesional de los
estudiantes? ¿Qué responsabilidad tiene ante la sociedad aquellas
universidades denominadas “de garaje”? ¿Cómo influye en la
sociedad egresados mal formados o mediocres, que promocionan estas
“universidades de garaje”10?
¿Somos conscientes de la gravedad de esta situación? He aquí un
dilema! Esa Universidad que debe velar por la ética e estimular las
buenas costumbres, o sea la moral de la sociedad, pues adquiere el
apelativo de irresponsable e incluso antisocial. ¿Qué triste?!
c)
Impactos cognitivos y epistemológicos
Éstos
están relacionados directamente con los anteriores. La Universidad,
que apuesta por la investigación, apunta continuamente hacia
progreso social y propicia mejores condiciones de vida en su entorno.
Busca la sostenibilidad y sustentabilidad de cada emprendimiento. La
investigación dinamiza a la Universidad y, a través de ella, la
Universidad manifiesta su potencialidad de mejora social. ¿Cuál es
la potencialidad investigativa de nuestras universidades? ¿Realizan
nuestras universidades investigaciones relevantes, éstas son
significativas para cooperar con el progreso sustentable de nuestra
Nación?
d)
Impactos sociales
Los
impactos sociales guardan relación con la extensión universitaria.
Las universidades están obligadas por su misma esencia preservar la
casa (οἶκος). Nuestro contexto o nuestro territorio es
nuestra casa. ¿Cómo está nuestro hogar?¿No está nuestra casa
sucia, descuidada, desprotegida e incluso con pronunciado
resquebrajamiento? ¿Nos sentimos seguros y contentos en este
ambiente contaminado? Las universidades deben investigar sus impactos
medioambientales: basuras, reciclaje de residuos, reforestación,
contaminación de aire, agua y suelo. Si no limpiamos y si no hacemos
un mantenimiento a nuestra casa, pues se deteriorará en demasía y
es muy probable que en el momento que queramos hacer algo por ella,
ya no lo podremos, porque será tarde; es posible que ya se nos
caiga. Ahora es el momento de iniciar a fijar nuestra atención en
nuestra circunferencia, o sea en nuestro mundo circundante. Nosotros
podemos comenzar a recomponer nuestro hogar. Con esta consigna
concluimos esta breve reflexión con estas ideas de Hans Jonas:
“En
otros tiempos podía decirse fiat
iustitia, pereat mundus,
«hágase
la justicia y perezca el mundo», donde «mundo»
significaba, naturalmente, el enclave renovable situado en un Todo
que nunca sucumbiría. Habiéndose convertido ahora en una
posibilidad real la destrucción del todo por actos del hombre -sean
esos actos justos o injustos-, tales palabras no pueden ya ser
pronunciadas ni siquiera en sentido retórico. Cuestiones que nunca
antes fueron materia de legislación penetran en el campo de las
leyes de que ha de dotarse la «ciudad»
a fin de que haya un mundo para las generaciones humanas venideras”11.
Quizás
el mundo, apreciado lector, no está bajo tú responsabilidad, sin
embargo tú entorno, tú mundo circundante requiere de tus actos
concretos, requiere de tus acciones concretas para evitar el
deterioro y peligroso resquebrajamiento de nuestra casa. Ayuda a
mejorar tu entorno para dejar a tus hijos o nietos un mundo aún bien
habitable. La meta o el sentido de vida es una comunidad libre y
feliz, y no el caos y la destrucción como se lee en el
epígrafe de esta meditación.
Prof.
Abelardo Montiel
Notas
1Einstein,
A. Sobre el humanismo. P. 141.
2De
Angelis, J. J. Filosofía de los valores. P. 599.
3
Sabino, C. Valor.
4La
ontología (Ontologia) es una rama de la
filosofía, cuyo objeto de estudio es ens in quantum ens, es decir
el ente en cuanto ente, el existente en cuanto existente.
5
Cfr. Diccionario de la Real
Academia Española.
6Cfr.
ISO 26000
de Responsabilidad Social.
ISO es la sigla inglesa “International Organization for
Standardization” o Organización Internacional de Normalizacion.
El montaje y el proceso de elaboración del ISO 26000 duró 6 años
de intenso trabajo; pues inició en el 2004 y culminó en noviembre
del 2010. Esto significa que es un documento sumamente rico en
contenido y amerita su estudio para aplicar los valores contenidos
en ella. La
definición de Responsabilidad Social de esta ISO viene asumida por
los escritos de Vallaeys. Cfr.
también Vallaeys, F. Responsabilidad
Social. P. 56.
7Jonas,
H. El principio de la
responsabilidad. P 37.
Jonas es un filosofo judío alemán, discípulo del gran filosofo
Martín Heidegger, amigo y compañero de reflexión de Hannah Arend,
reconocida politóloga. Jonas publicó en el año 1979 la citada
obra con el siguiente título: Das
Prinzip Verantwortung - Versuch einer Ethik für die technologische
Zivilisation. Este ensayo
podría con mucho derecho considerase clásico por su relevancia y
pertinencia en el ámbito de la Responsabilidad Social, y quizá,
decimos quizá porque debe ser comprobado, inspiró mucho al ISO
26000.
8Vallaeys,
F. Responsabilidad Social.
P. 56. Estos
conceptos son familiares al cuerpo directivo de la Universidad
Tecnológica Intercontinental (UTIC), porque
recientemente ese cuerpo directivo culminó un curso impartido por
la UNESCO, IESALC y la ORSALC sobre la RSU. La intención y la
voluntad del Magnífico Rector de la UTIC con la calidad educativa,
y con el medio ambiente quedaron manifiestas en ese curso.
9Vallaeys,
F; De la Cruz Cristina et altri. Responsabilidad Social
Universitaria. Manual de Primeros Pasos. P. 8.
10En
este sentido quisiera recordar la brillante exposición del Dr.
Victoriano Pavón, ex-decano de Derecho de la Universidad
Tecnológica Intercontinental, y actual Decano de Curriculum de la
Universidad del Norte, en el 3º Foro de Universidades. El título
de su exposición fue “Propuesta de calidad institucional,
terminemos con las universidades de garaje”. En aquella
oportunidad el Dr. Pavón advirtió sobre el peligro real que
constituye estas universidades de garaje para la sociedad.
11Jonas,
H. El principio de la responsabilidad. P 38.
Referencia Bibliográfica
-Einstein, A. Sobre el humanismo. Ediciones Paidos Ibérica. 1995.
-De Angelis, J. J. Filosofía de los valores. En Diccionario de Filosofía. Espasa-Calpe,
S.A. 1952.
-Jonas, H. El principio de la responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Editorial Herder. 1995.
-Sabino, C. Valor. En Diccionario de Economía y Finanzas. Ediciones Panapo.
Cáracas. 1999.
-Vallaeys, F. Responsabilidad Social. En Memorias del I y II Foro de Universidades del Paraguay. Consultoría Gráfica y Editorial. 2013.
-Vallaeys, F; De la Cruz Cristina et altri. Responsabilidad Social Universitaria. Manual de Primeros Pasos. MacGraw Hill. 2009.