miércoles, 25 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Navidad es un concepto que indica para la cultura occidental la conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret. Si bien es cierto, que Jesús de Nazaret no nació el 25 de diciembre, sin embargo el aniversario se festeja en esta fecha. ¿Por qué? Cuando el cristianismo, esto es el catolicismo, fue reconocido oficialmente en el siglo IV como religión oficial del imperio romano, estando así la Iglesia católica cobró fuerza y poder. Gracias a este privilegió la Iglesia rápidamente sustituyó las festividades paganas en religiosas. En la antigüedad como ustedes sabrán el 25 de diciembre era el día más importante en todo el imperio romano, puesto que se festejaba al Deus sol invictus o el invencible dios de sol. Esta festividad guardaba relación con un fenómeno cosmológico, que cada año se repite. En el hemisferio norte, después del solsticio de invierno el día 25 de diciembre, el sol (o el día) vuelve a cobrar vigor sobre la noche; o sea el día crece y la noche va menguando. En el hemisferio sur sucede lo contrario, porque desde hoy mengua el día y crece la noche. Este proceso se dilatará hasta el 24 de junio y así sucesivamente…
            La Iglesia sustituyó la festividad del imperio romano con la del nacimiento de Jesús de Nazaret, que es el Cristo o salvador. El sol es la fuente de la claridad, es la luz que ilumina las tinieblas y Jesucristo alegóricamente hablando es la luz que ilumina el corazón de los hombres, es quien disipa la oscuridad de la mente del hombre.   
            Ahora bien más allá de las fechas, pues el acontecimiento, que se conmemora es algo insólito y desde todo punto de vista original. Los cristianos celebran el nacimiento del Niño-Dios o el Emmanuel. ¡Este es un gran milagro, puesto que es algo extraordinario! El Emmanuel o Dios con nosotros marca un hito en la historia humana, porque trajo consigo el evangelio (euaggelion), lo que no significa otra cosa más que la buena noticia. ¿Cuál es la buena noticia, que nos legó Jesús de Nazaret? Mensaje de paz, de esperanza y de amor (Cfr. Mt. 5, 1-11). Estos valores son esenciales para la vida del hombre y son correlativos con todos los otros valores, que sin los cuales el hombre no podría alcanzar una vida relativamente confortable. ¿Puede una persona gustar la paz, si no experimente mínimamente la libertad? ¿Puede una persona esperar efectivamente algo mejor, si ya no siente de cualquier modo u otro lo esperado en su vida? ¿Puede una persona alimentar la capacidad de amar, si tiene vivencia de injusticia y desigualdad? Esto significa que el hombre solamente despliega su condición de humanidad en un contexto o ambiente de libertad, de esperanza, de justicia, de igualdad y de amor. En síntesis el Evangelio de Jesús de Nazaret es el amor, porque en éste se condensa todos los valores. Con razón decía San Agustín de Hipona “ama y haz lo que quieras”. Quien ama jamás puede ser propiciador de disturbio, de codicia, de envidia, de soberbia, de explotación, de opresión, de tristeza, de dolor, de muerte etc; sino por el contrario instrumento de paz, de esperanza, de amor como recitaba San Francisco de Asís.
            La navidad es un momento o instante de introspección, de vida interior, de regocijo en aras de una profunda meditación sobre nuestra vida bajo la luz del AMOR. Dentro de esta perspectiva apreciados Directivos de la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC) -Dr. Hugo Ferreira, Dra. Teresa Ramos de Ferreira, Lic. Daniel Ferreira, Vicerrectores, Decanos, Directores de Departamentos, Directores de Sedes, Funcionarios en general, Docentes y Alumnos- les deseo mis más sinceros augurios de paz, de esperanza y de amor. Así como el Emmanuel se encarnó en la naturaleza humana, podamos también nosotros tratar de encarnar en nuestras vidas cotidianas (familiares, laborales, sociales) la bondad, la responsabilidad, la libertad, la justicia, la igualdad. Esta actitud no sólo nos ayudará a mantener nuestros sueños e ideales en alto, sino, sobre todo, nos hará partícipe del proyecto revolucionario, inaugurado por Jesús de Nazaret. Estoy seguro, que de este modo contribuiremos más eficazmente con el crecimiento de nuestra gran familia, que es la UTIC, y fortaleceremos la esperanza de ver una sociedad paraguaya mejor, un país donde nuestros hijos y nietos puedan vivir mucho mejor que nosotros.

¡Feliz Navidad les desea!
Lic. Abelardo Montiel
Vicerrector Académico.