Liderazgo
Transformacional: Una propuesta desafiante para los paraguayos
Síntesis
de la conferencia de John Maxwell en el Teatro del Banco Central del Paraguay
(1/09/15)
John
Maxwell es un líder influyente en el mundo occidental, pues ha escrito muchos
libros sobre liderazgo y valores. Estos días está por el Paraguay y hoy dictó
una conferencia dirigida a educadores. Comparto con agrado esta síntesis con
ustedes: colegas, amigos y educadores de la gran familia de la Universidad
Tecnológica Intercontinental (UTIC).
Motivación:
Regla de cinco. Un hombre tenía un hacha bien afilada,
pero nunca había usado. Un día decidió cortar con ella un árbol, que se hallaba
al costado de su casa. Inició dándole al árbol cinco hachazos, luego guardó su
filosa hacha. Al día siguiente volvió a tomar su hacha y nuevamente dio cinco
hachazos al árbol. Y así todos los días el dueño del árbol procedió hasta que
un día el árbol terminó tendido en el suelo.
Moraleja:
¡Alcanzar el objetivo propuesto! Los instrumentos de trabajo son importantes,
sin embargo la persistencia en la meta es, quizá, mucho más significativa. El
tamaño del árbol corresponde al tamaño de tus sueños o a la dimensión de tus
pretensiones. Confía en ti mismo y persiste sobre aquello que pretendes, sobre
aquello que quieres lograr.
¿Cómo se puede lograr el liderazgo en el Paraguay?
La respuesta es la siguiente: Conseguir un buen instrumento como el hacha y
persistir en la acción de derribar el árbol. Los instrumentos adecuados o
pertinentes no pueden ser otra cosa que los valores, que se asumen en la vida y
se determinan en cada momento y en cada lugar.
John
Maxwell afirma que el líder debe tener una «vida significativa», la cual se
caracteriza por un agregado especial, el valor. Vida significativa no tiene
otro sentido más que agregar valor a la
vida. En este sentido él habla de una «vida intencional». Ésta viene
caracterizada por aquel valor agregado. De ahí que una vida, que es vivida y
asumida intencionalmente, se contrapone a una vida egoísta. El egoísta está
atrapado en sí mismo. No puede trascender y, por consecuencia, no puede ir más
allá de su pequeña circunferencia mezquina, por eso esa vida egoísta es
solitaria, triste y propensa a ser dañina. La vida significativa siempre está
dispuesta a salirse de sí misma y está siempre alerta a las necesidades de los
demás.
De
hecho, nadie está exento del egoísmo, pues todos somos egoístas. Este egoísmo
debe ser domado, es decir dominado por cada persona. El egoísmo debe ser
controlado. El auténtico líder tiene controlado su egoísmo, porque sus
esfuerzos no se dirigen en hacer que las personas giren en torno a él mismo y
se valga de ellas, sino, más bien, les motiva para que tengan también una vida
intencional o cargada de valores. El líder motiva, estima y ama a los demás, busca el bien de los
otros.
Ser educador es la profesión más
privilegiada. El educador ya tiene una vida significativa, pues ya tiene
valores asidos y vividos, por lo tanto, ya se ha constituido en un líder,
porque él influye positivamente en sus estudiantes.
Nosotros
lograremos instalar el liderazgo en el Paraguay, toda vez que seamos capaces de
valorar a nuestros compatriotas, toda vez que les estimemos y les alentemos
para apropiarse de los valores y convertir su existencia en vida significativa.
Si no valoramos a los demás, pues no lograremos la autoestima; y si el líder no
logra la autoestima de los demás, ese simplemente no es un líder, puesto que no
agrega valor en la vida de los demás. La misión principal del líder es levantar
la vida de los demás con estima y amor.
¿Qué puedo hacer yo hoy para ayudar a mis
compatriotas a levantar su autoestima? Desde la profesión, o sea desde la
condición de ser educador, se puede hacer muchísimo. El educador es como
aquella hacha afilada, que puede derribar el árbol, es decir un árbol de una
vida egoísta y carente de significación, y tiene toda la posibilidad de
transformar esa vida en vida intencional. Si el docente cumple su rol de líder,
pues se podría soñar un Paraguay transformado, en el que se podría vivir entre
gente valorada, estimada y amada.
El
educador tiene una función diferenciada respecto a las demás personas. Pues el
educador debe erguir la cabeza de sus estudiantes, levantarles y mostrarles un
horizonte de hermandad; los demás, sin embargo, no han tenido experiencia de
una vida significativa, por eso sólo buscan menoscabar, desestimar y hundir a
las personas. En otras palabras no agregan valor a la vida, sino, por el
contrario, dispersan y desparraman.
¿A quién o a qué vida yo agregué valor?
¿Ayudé a alguien en estos últimos tiempos a obtener una vida significativa? Si
queremos transformar el Paraguay, pues, entonces, debemos ser personas
intencionales.
¿Cuál es lo esencial para la transformación
del Paraguay? Se debe crear un «movimiento transformacional». ¿Cuáles son sus características? El
líder debe influenciar en los demás. Esta influencia, por un lado, no se da de
abajo hacia arriba, sino de arriba para
abajo. La transformación no inicia de la gente, o de un fulano impersonal,
sino comienza desde mí mismo. El cambio
transformacional empieza conmigo y contigo. Aquí se involucra un «Yo» y un
«tú». La transformación del Paraguay debe partir
de un nosotros comprometidos con los valores, con la vida significativa. Por
otro lado, la transformación surge desde
dentro de uno mismo, o sea de la interioridad de cada persona, y se proyecta hacia fuera, hacia los demás.
El movimiento transformacional siempre se origina con un puñado de gente, no
con la masa. Siempre germina entre pocas personas, que comparten un mismo sueño
y tratan ponerlos en prácticas. Ejemplo, el movimiento transformacional de
Mahatma Gandhi.
El
movimiento transformacional no pretende influenciar en la masa, sino en
personas concretas quienes, a su vez, tienen la posibilidad de influenciar en
otros. ¡Elige influenciar en personas adecuadas!
¿Cuál es la característica de un líder
transformacional? 1. El líder transformacional ve las cosas que otros no
ven. Los otros generalmente no ven más allá de la rutina de la cotidianeidad,
mientras el líder alza su vista hacia lo fundamental, trasciende lo cotidiano y
percibe otro horizonte. 2. El líder ve posibilidades, que otros no ven.
Posibilidades positivas, pero, a su vez, negativas. Trata de abrir el panorama
a los demás y encaminarles hacia una vida intencional. 3. El líder siempre
encuentra una salida a los obstáculos, una solución a los problemas, una
respuesta satisfactoria a las preguntas. 4. El líder expresa cosas, que los
demás no dicen. El líder es espontáneo y franco, pues dice lo que piensa y lo
que siente. Ejemplo: Martín Luther King, quien se había parado ante la
muchedumbre para expresar lo siguiente: «Yo tengo un sueño». 5. El líder cree
cosas que los demás no creen. 6. El líder transformador desafía.
La
gente no sigue a las personas, que tienen muchos diplomas y títulos, va detrás
de líderes comprometidos con los valores, líderes valientes y corajudos.
La
gente es capaz de leer la historia de su vida, puede retroceder con sus
recuerdos en el pasado y describir algunos acontecimientos importantes, que
vivió; mientras que el líder no lee su historia, sino escribe su propia
historia. La vida del líder es como un «libro sin escribir», un «libro» de
hojas blancas, en el cual debe ser proyectada la vida. El líder debe tomar las
riendas de su vida y conducirla cada vez más hacia la luz de los valores, por
eso el líder transformador marca la diferencia. Marca la diferencia con otros,
quienes también se distinguen de los demás. El líder transformador busca
alianza con otros líderes y en equipo busca transformar el contexto. El
educador por su propia naturaleza ya marca la diferencia.
¿Creo que mi vida es
significativa? ¿Puedo considerar mi vida como intencional? ¿Estamos dispuestos
soñar con una trasformación personal? ¿Siento una gran estima hacia mí mismo?
¿Soy capaz de introyectar significación a la vida de los que me rodean? ¿Cuál
es mi influencia en mi entorno?
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