domingo, 16 de febrero de 2014

9° Congreso Internacional de Educación Superior -La Habana, Cuba

Martes 11/02/14
Saludos Cordiales desde la Habana –Cuba- a los amigos y compañeros de trabajos de Universidad Tecnológica Intercontinental.
El evento académico denominado 9º Congreso Internacional de Educación Superior, que lleva como slogan Por una Universidad socialmente responsable, es muy significativo para el mundo académico. Vale destacar que este congreso fue organizado por el Ministerio de Educación Superior y las Universidades cubanas. Participan en él más de 2700 delegados, provenientes de 42 países: Latinoamericanos, del Caribe, algunos de África, Europea y Asiática. También marcan presencia representantes de la Unión Europea y otras autoridades académicas de gran importancia en la región, como por ejemplo, el presidente de la Asociación de Consejo de Rectores de América Latina y el Caribe (ALC).
El acto inaugural del congreso se realizó en el majestuoso teatro Carlos Marx, el cual tiene la capacidad de cobijar a 3000 personas. Ahí, esta vez, se hacían ecos las voces no de actores, sino de académicos, quienes con palabras vehementes y fervorosas compartían ilusiones y esperanzas sobre la educación en el contexto mundial de la Educación Superior. El énfasis de los discursos recaía obviamente sobre la dimensión de la responsabilidad social de la Educación Superior. En  la apertura del acto hablaron tres personas: La delegada de la Unión Europea, el Presidente de Rectores de América Latina y el Caribe (ALC) y el Ministro de Educación Superior de Cuba.
El tema de los discursos se centraban sobre un eje bien preciso: La responsabilidad social de la Universidad, que abarca un abanico de temas, que a continuación comentamos algunos: La calidad educativa e la formación integral de los jóvenes, la formación ética, la promoción de la justicia, la misión de la Universidad: la Docencia, la Investigación y la Extensión Universitaria; la igualdad de oportunidades para el acceso a la Educación Superior y el problema del medio ambiente.
 La formación, que la Educación Superior, brinda a los jóvenes deben ser de calidad; puesto que cuanto mejor se les forme, pues mejores ciudadanos serán. La formación de calidad no debe centrarse solamente en la calidad formativa profesional, sino, sobre todo, en la formación integral. Los jóvenes necesitan formarse en todas las dimensiones de la vida, porque esa formación integral no sólo les ayudaran a ser buenos profesionales, sino también buenos padres de familias, personas con principios morales y éticos, por ende, buenos ciudadanos. Esa formación integral debe contemplar dentro de su programa la formación en una “conciencia social”, es decir que sean sensibles a la problemática de su entorno. De este modo los jóvenes podrán asumir su historia, la historia de su nación y de ahí trazar metas hacia un horizonte diferente, es decir marcar un futuro diferente, un futuro menos salvaje, sino más amigable y sustentable. Los jóvenes tienen la misión de hurgar en el legado histórico de sus naciones y de la región para conocer, asumir y fomentar aquellos hitos sobresalientes en pro del bienestar del hombre. En este sentido los jóvenes no deben desentenderse de su legado histórico y contextual, sino por el contrario tratar de revertir los errores cometidos e instaurar nuevas praxis en beneficio de todos. Este ideal formativo se constituye para la Educación Superior y, por consecuencia, para los docentes un gran desafío. 
Los jóvenes de América Latina y el Caribe heredan una realidad o un “estado de cosas” sumamente complejos (este giro se traduce por “situación”, “contexto”, “circunstancia” etc). Pues este “estado de cosas” está caracterizado por la pobreza, desigualdad, explotación, injusticia… Si bien es cierto que los avances científicos y tecnológicos ayudaron muchísimos al mejoramiento de la calidad de vida de los hombres, sin embargo no debemos perder de vistas, que esos avances dejan profundas secuelas, que aún no se han superado como ser:
1. La desigualdad social. Ésta es un desafío imperante no sólo para los Gobiernos, sino también para las Universidades, que forman a los futuros gobernantes. La calidad de vida, lograda por la educación, las ciencias, las tecnologías, es todavía un manifiesto lujo para la mayoría de la población mundial. Los bienes que poseen cada país o región no son distribuidos equitativamente, sino unos pocos quedan con el gran porcentaje de los bienes y recursos, mientras la mayoría debe conformarse con pocos y, en ocasiones, con poquísimos. Esta situación segrega pobreza y miseria en todos los países Latino Americano y el Caribe, las cuales son las manifestaciones más fehacientes y patentes de la injusticia social. La Universidad tiene la obligación moral, que le impone la ética, formar a los jóvenes para revertir este “estado de cosas”; pues la misión de Educación Superior en este sentido es clara. Pero ¿Cuál es la misión de la Universidad? No puede ser otra cosa, más que estimular a los jóvenes a construir y gerenciar su propio conocimiento; fomentar la creatividad, la actitud crítica, la identidad, la profesionalidad, la autonomía, la formación ética y la conciencia social. En otras palabras desarrollar apropiada y coherentemente sus dimensiones sustantivas: Investigación, la Docencia y la Extensión. Solo de este modo la Universidad puede constituirse en una Universidad socialmente responsabilidad.
2. El acceso a la Educación Superior es todavía insuficiente. Si bien es cierto que la matriculación ha aumentado significativamente en la región de América Latina y el Caribe, sin embargo la cantidad de jóvenes que no pueden acceder a la Educación Superior sigue siendo mucho mayor. Existe todavía una desproporción significativa entre la cantidad de matriculados y los que no. Este problema no le atañe solamente a la Universidad, sino es un problema relacionado con la gestión y política gubernamental. El Estado de cualquier modo u otro debe fomentar e impulsar a los jóvenes para acceder a la Educación Superior mediante un sistema pertinente y adecuado, el cual podría ser a través de bolsas de estudios, becas, o algún tipo de financiación para beneficiar a mayor cantidad de jóvenes. Por su parte las instrucciones de Educación superior tienen también la obligación de facilitar a los jóvenes, menos afortunados, el acceso al sistema educativo. Las instituciones de Educación Superior tienen también la posibilidad de generar sistemas y gestionar ayuda y financiación para jóvenes, que poseen aptitudes para los estudios, pero no llegan a las Universidades por escasos recursos económicos.    
3. El deterioro medio ambiental, que es causado por la fuerza productiva del modelo económico neoliberal, es alarmante y cada vez más amenazante. Pues como se sabe, el principio, que anima a este modelo, es la destrucción salvaje de los recursos naturales y la contaminación ambiental. Las industrias son necesarias, pero sus praxis son destructoras. Hoy día existen contadas industrias, que intentan lograr una producción sustentable; esto significa  que las industrias producen bienes, pero sin dañar el medioambiente, es decir la casa del hombre. Pues dañar al medioambiente es un daño al hombre. El creciente deterioro medioambiental a través de las múltiples contaminaciones amenaza al planeta, por ende, atenta contra la vida del hombre sobre la tierra. La Educación Superior debe incorporar en todo su proceso sustantivo la disminución de los impactos negativos al medio ambiente.





No hay comentarios:

Publicar un comentario