Contexto
situacional de la Educación y de las
profesiones
1.Introducción
Queremos
delimitar obviamente el término contexto dentro del ámbito de la realidad
paraguaya, pero no podemos desentendernos de la situación de la Educación
Superior en la región latinoamericana y, por ende, mundial, porque el fenómeno
educativo no es una realidad atomizada ni atomizable en una determinada zona.
El contexto local, nacional y territorial es importante, porque ellos
constituyen la plataforma educativa de los habitantes, aunque somos conscientes
que “son todavía pocos los que se atreven a impulsar la idea de convertir a la
educación en una empresa cultural de carácter global, integrada regional e
internacionalmente, en una genuina actividad globalizada”.[1]
La
exposición de este tema asume una metodología deductiva, es decir que parte de
“principios universales para desembocar en los más particulares”, esto se
traduce en nuestro caso en el asimiento a grandes rasgos de algunos fenómenos
educativos a nivel mundial (o global), a nivel latinoamericano y por último el
contexto paraguayo.
2. Concepto de calidad educativa
Calidad,
más concretamente, hace referencia a una cualidad, la cual es apreciada, porque
conlleva un bien. La educación en sí misma es un bien. Este bien no solamente
viene deseado, sino, sobre todo, es posible aprehenderlo como “un continuo
mejoramiento”[2]
en el quehacer de la actividad educativa. La calidad educativa abarca todo el
proceso educativo, es decir, no se centra sólo en algunos aspectos. “La calidad
de la enseñanza superior es un concepto pluridimensional”.[3]
Esta es la razón por la cual la calidad educativa exige una gestión de calidad,
ya que la calidad debe ser apreciada y construida de manera continua.
Entenderé
gestión de calidad como el proceso por medio del cual administro, ejecuto,
cuido y velo por la manera de ser de la Educación, entendiendo en esto todos
los procesos de aprendizaje, de descubrimiento e internalización que hacen
posible la formación de un profesional capaz de situarse ante su entorno y
responder a los nuevos y permanentes desafíos, en busca de un mejor y global
entendimiento de la realidad.[4]
Aspée,
en esta descripción asume no sólo las dimensiones substantivas de la
Universidad, sino también remarca la idea de un desarrollo de las capacidades
de los estudiantes para dar respuestas a los problemas y desafíos del hombre.
Esta misma perspectiva promueve la UNESCO cuando orienta la calidad hacia “[…]un
desarrollo genuino del individuo o de la sociedad […], este es, de que
verdaderamente adquieran conocimientos útiles, capacidad de raciocinio,
aptitudes y valores”.[5]
3. Estándar de calidad educativa
La
calidad educativa como un bien en sí mismo se constituye como inalcanzable, por
esta razón esa calidad se manifiesta a través de un proceso de mejoramiento continuo, el cual
requiere estándares que de un modo u otro midan la calidad. A partir de esta
proposición, abogamos ofrecer una visión del estado actual y de las
posibilidades reales de la transformación de las universidades
hispanoamericanas lo cual implica efectuar una comparación de los “rasgos más
sobresalientes con los que presentan los sistemas universitarios"[6]
en otras zonas del mundo. Estos rasgos son los indicadores de los niveles de la
calidad educativa, que se manifiestan en determinadas universidades de una
región; sin embargo, estos indicadores son relativos[7],
porque la realidad y las condiciones de las regiones son heterogéneas. No
obstante, señalamos aquí el más sonado de los rankings de universidades a nivel
mundial: TheAcademic Ranking of WorldUniversities (ARWU). Este ranking es
conocido como ranking de Shangai. Los indicadores de este ranking de
universidades son ciertamente muy criticados, pero, a su vez, muy considerados[8] a
nivel planetario:
Número total de graduados de una institución en posesión del
premio Nobel o de la medalla Fields[9];
número total de académicos de una institución en posesión del premio Nobel o de
la medalla Fiedls; número de autores altamente citados según Thomson Reuters[10];
número de artículos en Science y Nature en los últimos cinco años; número de artículos
indexados por el ScienceCitationIndex-Expanded y Social ScienceCitationIndex en
el año anterior; número de profesores equivalentes a tiempo completo.[11]
Estos
indicadores son los que animan y motivan a los “países desarrollados”, mientras
que esos se constituyen inalcanzables y exagerados para las universidades de
zonas en “vía de desarrollo”. Brunner, en este sentido, ensaya una
clasificación de los países, cuya educación de un modo u otro se adecua a estos
criterios de “excelencia” y, por consecuencia, también se aleja de ellos.
Brunner denomina “geopolítica global de las funciones e instituciones de
conocimiento” y agrupa a los países bajo las siguientes nomenclaturas: “Bloque
anglo-occidental, Europa occidental, países de alto ingreso y países de bajo
ingreso”.[12]
Las tres primeras agrupaciones generan la mayor publicación de resultados
científicos y la mayor cantidad de patentes de descubrimientos e invenciones
científicas y tecnológicas del mundo.
Producen un 76,6% de las publicaciones internacionalmente
registradas y un 93,5% de las patentes concedidas por la Oficina de Patentes y
Comercio de los Estados Unidos (USPTO); captan ocho de cada diez alumnos de
educación superior internacionalmente móviles y albergan 99 de la 100 primeras
universidades según el ranking de Shangai y un 89% de las 500 primeras.[13]
Esta
descripción muestra que existe una proporcionalidad casi exacta entre la
prioridad e inversión en la educación y el progreso económico o el buen vivir
de sus habitantes. América Latina se halla dentro de los países de bajo
ingreso, según la nomenclatura de Brunner, porque “produce apenas 3,37% de las
publicaciones mundialmente registradas y un minúsculo 0,16% de las patentes
concedidas en los Estados Unidos[…] y no cuenta con ninguna universidad entre las
100 primeras del ranking de Shangai”.[14]
Los países denominados del «primer mundo» tienen una política de Estado bien
definida acerca de la perspectiva educativa. Crean las condiciones necesarias
para el desarrollo del conocimiento, de la investigación, de la innovación y,
por consecuencia, del florecimiento científico-tecnológico. La nivelación de
conocimientos entre aquellos y estos países es todavía un ideal, porque de
hecho “el desnivel, que se observa entre una y otra situación, es enorme tanto
en su avance económico, político y social como también en[…]
su avance educativo e inversión en Ciencia y Desarrollo con el crecimiento
económico y el bienestar de la población”.[15]
América Latina necesita fortalecer sus esfuerzos en favor del mejoramiento de
la calidad de la Educación y, a su vez, incrementar políticas de Estado de
integración y cohesión de conocimientos.
“América Latina necesita redoblar
esfuerzos para aminorar su brecha educativa a nivel internacional; de lo
contrario, corre el riesgo de ensancharla, sobre todo si se considera que las
naciones desarrolladas y los países emergentes están empeñados en imprimir
mayores relevancia y competitividad a sus sectores educativos”[16]
América
Latina debe priorizar y propiciar con mayor énfasis los debates acerca de la
Educación Superior con el fin de buscar soluciones a los desafíos más
relevantes de la región. Debe buscar mecanismos de solución a los problemas y,
a su vez, debe necesariamente implementar estrategias para disminuir la franja
de desigualdad entre los países del norte y del sur. Observar la realidad
regional no significa absolutamente descuidar los retos que existen en cada
país, sino, por el contrario, ayuda a percibir con más claridad esos retos
locales.
La globalización puede tener varios efectos: en ciertos casos,
podría significar la incorporación de modelos extranjeros, pero, en otros, que
son los deseados, puede facilitar referentes para mejorar práctica internas y
reafirmar la pertinencia con una visión local y global, que son necesarias y
complementarias.[17]
4. Educación y progreso de los países
La
educación de «calidad», de «pertinencia» y de «eficacia» es equivalente a un
mejor cuidado de las necesidades básicas de los habitantes de una nación. Los
«países considerados en vía de Desarrollo» y entre ellos América Latina, sin
embargo, están todavía buscando la manera de cómo encarar las cuestiones
fundamentales respecto a la priorización de la educación y, por ende, el diseño
de las estrategias a favor del desarrollo y el progreso sustentables y
sostenibles. La educación en este sentido se constituye como un gran desafío
para estos países. ¿Cómo acercar la distancia entre aquellos bloques? ¿Cuáles
son las barreras esenciales a superar dentro de esta situación? La problemática
común, por la cual atraviesa todo el tejido social de los países
latinoamericanos, es la desigualdad económica, política, social, cultural,
científica, tecnológica y otras. Esta desigualdad debe ser desalentada, por un
lado, y aumentar, por otro lado, la inclusión de los habitantes de los países a
las condiciones de mayor bienestar. En este sentido, las universidades o la
Educación Superior “tienen la responsabilidad social de contribuir a reducir la
brecha en materia de desarrollo mediante el aumento de la transferencia de
conocimientos a través de las fronteras, en particular hacia los países en
desarrollo...”[18]
La Misión de la Universidad es noble[19],
pero a la vez desafiante. Noble en el sentido que se deposita una gran
confianza en la Universidad para mediar y reducir esos polos tan desiguales. La
Universidad es el lugar natural dónde se decide el destino de un determinado
país.
5. La Educación Superior en el Paraguay
Paraguay
desde la era colonial no sólo viene soportando pesadas cargas socio-culturales,
sino también a esas se fueron sumando las ambiciones económicas y las continuas
inestabilidades políticas tanto a nivel interno como a nivel externo de su vida
de país independiente. Por eso logra, a pesar de aquellas vicisitudes, crear a
finales del siglo XIX (1889) la primera institución de Educación Superior, la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
En las décadas de los 60 se crea la Universidad Católica Nuestra Señora de la de Asunción (UCA). La apertura
política, que inició después de 2 y 3 de febrero de 1989, propició la creación
de universidades públicas y privadas. Actualmente se registran 54 universidades
creadas[20]
por el Estado. Las mismas están ofreciendo “carreras universitarias” en todo el
territorio nacional.
Si
bien son abundantes las instituciones universitarias en el País, no son mensurables
en calidad, pues, el Subsistema de Educación Superior vive en una situación de
crisis aletargada. Son muchas las causas de esa situación, por ejemplo, citamos
algunas:
La
universidad paraguaya […] adolece de un fuerte rezago comparado con los estándares
de calidad alcanzados por las instituciones del tercer nivel en América Latina.
La inmovilidad a la que quedó sometida la educación superior en el Paraguay por
parte del régimen autoritario, lo excluyó de los procesos de reforma que se
dieron en la gran mayoría de los países latinoamericanos en las últimas décadas
[…][21].
Afortunadamente,
las universidades, que se fundaron en las últimas décadas del siglo pasado,
están generalmente en una muy buena posición, se han consolidado, y algunas de
ellas, incluso son prestigiosas. Estas Universidades cuentan con buenas
infraestructuras y sus carreras están sometidas a Evaluaciones de Calidad
Educativa tanto a nivel Nacional como Internacional. Entre éstas se encuentra
la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC).
Una
ilustración bastante significativa de la realidad universitaria actual
encontramos en un documento titulado Paraguay
Competitivo, el cual fue llevado a cabo por un equipo técnico, liderado por
el Dr. Jager.[22]
Según este documento las universidades paraguayas son clasificadas en:
“Universidad de Investigación, Universidad de Docencia y Universidad Local”.[23]
Las características fundamentales de las universidades son: El primer grupo
cuenta con programas de investigación y con investigadores a tiempo parcial y
completo. El segundo grupo ejerce la enseñanza e impulsa la investigación
aplicada. El tercer grupo atiende de una manera particular las problemáticas
contextuales de cada región. Siguiendo esta nomenclatura, la UTIC se ve
reflejada en las tres nomenclaturas.
Si
bien es cierto que se dan avances importantes hacia la consolidación de las
universidades paraguayas, sobre todo, con la promulgación de la ley de
Educación Superior 4995/13 y sus implicancias en el plano práctico, sin embargo
el subsistema de la Educación Superior del Paraguay sigue adoleciendo de muchas
debilidades, por ejemplo, aún son pocas las universidades, cuyas carreras
someten a la Evaluación de Calidad. Esta realidad no sólo deteriora la imagen
general de la universidad en cuanto tal, sino también va en desmedro de la
formación intelectual, científica, cultural, moral, espiritual de la misma
nación. ¿Cuál entidad debe regular esas deficiencias del subsistema educativo?
Desde nuestro punto de vista le corresponde al Estado trazar las políticas
fundamentales de la educación, de modo que a partir de ahí las instituciones
privadas puedan robustecer esas políticas. Éste debe garantizar a través de los
mecanismos, que le son inherentes, la calidad educativa. “La organización del
sistema educativo es responsabilidad esencial del Estado”.[24]
A pesar de esto, el Estado muestra también muchas debilidades para influir
eficazmente en el sistema de Educación paraguaya en cuanto tal. Aún falta
voluntad, firmeza y decisión política para apostar realmente por la educación
general. Esta afirmación se funda en la reducida asignación económica al rubro
de Educación dentro del Presupuesto
General de la Nación. Al Ministerio de Educación y Cultura fue otorgado el
catorce coma cuatro por ciento (14, 4 %) del monto total del Gasto General de la Nación[25].
Esta cantidad ni lo mínimo satisface a lo contemplado en la Constitución Nacional. “Los recursos
destinados a la educación en el Presupuesto General de la Nación no serán
inferiores al veinte por ciento del total asignado a la Administración Central,
excluidos los préstamos y las donaciones”[26].
Esta situación manifiesta la desatención de la Educación en general por parte
del Estado. Esta es la conclusión de esta situación: Si no se prioriza la
educación en todos sus niveles, entonces el Paraguay permanece como está o,
como es posible que suceda, empeorará; lo cual significará menos posibilidades
para la mayoría, mayor índice de pobreza y de miseria.
6. Etimología y sentido de la profesión
En
este apartado nos ocuparemos brevemente acerca de la profesión. Nos proponemos
las siguientes cuestiones: ¿De dónde proviene el término profesional y cuál es
su rol dentro de la sociedad? Según França, la palabra profesional “… proviene
del latín «professio», que tiene raíces comunes con «confessus» y «professus». Profesus significa
confesar en alto, proclamar o prometer públicamente”[27].
Este es el sentido que predomina en el ámbito religioso, sin embargo la
“profesión” hace también relación con las “personas que ejercen determinada
actividad humana con dedicación y consagración total; como es el caso de las
llamadas “profesiones liberales”[28].
Pues la profesión está relacionada estrechamente con el trabajo cualificado. El
trabajo se constituye como un elemento esencial del hombre. El hombre se
dignifica mediante el trabajo y explota su potencialidad creativa. Por un lado,
el hombre necesita trabajar para buscar su propia realización personal; por
otro lado, coopera con el desarrollo de la sociedad a través de su servicio
cualificado, que denominamos “profesión”. La vida profesional del hombre tiene
una dimensión social, puesto que su actividad siempre repercute en los demás.
El hombre se ingenia para crear mejores condiciones de vida en su entorno. La
profesión, manifestada en el trabajo, permite al hombre transformar
constantemente la naturaleza, porque ella manifiesta su capacidad particular
para ejercer con eficacia y eficiencia un determinado servicio a favor de la
comunidad, sea éste de índole físico o intelectual.
El
diseño de la sociedad está conformado a partir de las profesiones, por lo
tanto, una profesión responde a una determinada organización; es decir
cualquier entidad se rige por leyes, reglamentos y normas. Las leyes y las
normas ayudan al hombre a regular su convivencia en la sociedad y, por ende, en
su ambiente laboral. Por esta razón el profesional adquiere compromisos con la
empresa (pública o privada), que le contrata para la prestación de servicio, y
viceversa. Los deberes y derechos son recíprocos; sin embargo la
responsabilidad y el compromiso no se limitan solamente entre el empleador y el
profesional, sino también afectan de un modo u otro a toda la sociedad, que
debe consumir o usufructuar los productos y servicios. La profesión no sólo
expresa el ser social del hombre, sino también su responsabilidad y compromiso
con la sociedad. “La sociedad requiere profesionales con pensamiento crítico,
con conocimientos profundos de su realidad local y mundial, que junto a su
capacidad de adaptación al cambio, hayan asumido un compromiso ético con la
sosedad”.[29]
La profesión cumple un rol transformador de la sociedad.
Referencias Bibliográficas
1. Aspée. R. B. Educación Superior
en el Siglo XXI: Modelos para una gestión de calidad. Editorial Universidad del
Mar. Chile. 2011.
2. Batiro. Antonio. M. La Educación Digital. Una Nueva era del
conocimiento. Editorial. Emece. Buenos Aires. 1997.
3. Beneitone. P, Esquetini, C et
altri. Reflexiones y Perspectivas de la Educación Superior en América Latina.
Informe Final -Proyecto Tuning- América Latina. 2004-2007.
4. Brunner. J. Educación Superior: Global y Periférica.
En la Internacionalización de la Educación Superior a Nivel Mundial y Regional.
Principales tendencias y desafíos. (Compiladores: Grimaldo Duran. H y López
Segrera. F). Planeta. 2012.
5. Constitución de la República
del Paraguay. 1992.
6. França, O. Introducción a la Ética Psicológica. Montevideo: Desclée, 1996
7. Gacel-Ávila. J. La educación terciaria en América Latina. El
concepto de internacionalización comprehensiva. En la Internacionalización
de la Educación Superior a Nivel Mundial y Regional. Principales tendencias y
desafíos. (Compiladores: Grimaldo Duran. H y López Segrera. F). Planeta. 2012.
8. Ravitch. D. Estándares
Nacionales en Educación (NationalStandards in American Education). A
Citizen'sGuide.Brookings Institution.1995.
9.
Ordorika. I. Rodríguez Gómez. R. El ranking Times en el mercado del
prestigio universitario. Edificio del IISUE. México. 2009.
10. PARAGUAY: Universidad 2020.
MEC-CONEC-UNA.2006.
Zamorano García, E. Ética Profesional: El tercer cantero.
Instituto mexicano de Contadores Públicos, A.C. Mexico. 2005.
11. UNESCO. Declaración Mundial sobre Educación para Todos. Jomtien. Tailandia.
1990.
12. UNSCO. Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI.
Visión y Acción. 1998.
13. UNESCO. Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. 2009.
[1]Batiro. A. M.
La Educación Digital. P. 15.
[2]Aspée. R.B.
Educación Superior en el Siglo XXI. P. 27.
[3] Cfr. Art. 11 de la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI.
Visión y Acción.
[4] Ídem 18.
[5]Cfr. Art. 4
de la Declaración Mundial sobre Educación para Todos.
[6]Paraguay:
Universidad 2020. P. 25.
[7]Ravitch. D.
Estándares Nacionales en Educación (NationalStandards in American Education). A
Citizen's Guide. Brookings Institution.1995. Cfr también Aspée. R. B. Educación
Superior en el Siglo XXI: Modelos para una gestión de calidad. Editorial
Universidad del Mar. Chile. 2011. Pp177-183.
[8] Cfr.
Ordorika. I., y Rodríguez Gómez. R. El ranking Times en el mercado del
prestigio universitario. Edificio del IISUE. México. 2009.
[9] La Medalla
Fields es otorgado a los investigadores, cuyos resultados son sobresalientes,
en las áreas de las matemáticas. La medalla Fields es equivalente al premio
Nobel.
[10]Isi web
knowledgees una fuente de información científica, que viene organizada y
clasificada por el Instuteforscientificinformation, instituto perteneciente al
Grupo ThonsomRuerters.
[11]Disponible en
www.shangairanking.com/ARWU-Mehodology-2013.html
[13] Ídem. P. 111.
[14] Ídem. P. 111.
[15] Paraguay:
Universidad 2020. P 25.
[16] Gacel-Ávila.
J. La educación terciaria en América Latina. El concepto de
internacionalización comprehensiva. P. 123. Cfr. también Preámbulo de la
Declaración Mundial sobre Educación para Todos.
[17]Beneitone. P,
Esquetini, C et altri. Reflexiones y Perspectivas de la Educación Superior
en América Latina. P. 25.
[18]Cfr. Art. 25
de la Conferencia Mundial sobre la
Educación Superior -2009- UNESCO.
[19] Cfr. Art. 1
y 2 de la Declaración Mundial sobre la
Educación Superior: Misión y Visión.
[20] Cfr. Datos
sobre la Educación Superior en el Paraguay. MEC. 2012.
[21] Paraguay:
Universidad 2020. Pp 28-23.
[22] Este
emprendimiento fue impulsado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la
Organización de Estado Iberoamericano (OEI), y el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt) y el Ministerio de Hacienda.
[23]Jager de. G. Paraguay Competitivo. Desafío para la
Educación Superior. P.p 7-9.
[24] Cfr.
Constitución Nacional. Art. 76.
[25] Cfr. Ley. Nº
1142. Que aprueba el presupuesto del Gasto General de la Nación para el
ejercicio fiscal 2014.
[26] Cfr. Art 85
de la Constitución Nacional del Paraguay.
[27]França, O. Introducción a la Ética Psicológica. P.1.
[28] Zamorano
García, E. Ética Profesional: El tercer
cantero. 2005. P. 37
[29]Beneitone.
P, Esquetini, C et altri. Reflexiones y Perspectivas de la Educación
Superior en América Latina. P. 24.
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